Por casualidad leí un artículo
sobre las abejas, lo cual me hizo recordar mis años de estudiante y una de mis
materias preferidas como era las Ciencias Naturales. El artículo describe en forma minuciosa lo
sorprendente estructura interna de
un panal de abejas, complejidad que ha dejado asombrado a los
estudiosos en la materia. Otro datos
interesantes acerca de estos insectos, es la forma jerárquica como están
constituidos, sus funciones bien delimitadas y asignadas y sobe todo bien
ejecutadas, un ejemplo de una adecuada administración de empresas.
La solidaridad y la forma de
preservar su especie deja a cualquiera con la boca abierta. Su intuición de
cuando es el tiempo de darle paso a otra abeja reina, que pueda llevar a cabo
las tareas en forma más eficiente, es sin duda una gran lección para el ser
humano. Sin embargo, la vida de estos
insectos es muy corta, sobre todo de aquellas que han asumido el trabajo arduo
de construir, alimentar y defender el panal.
Reflexionando sobre todo èsto, me
recordé de un salmo de la Biblia que dice de la siguiente manera: Salmo 90
Setenta son los años que se nos conceden ¡
Algunos incluso llegan a ochenta.
Pero hasta los mejores años se llenan
De dolor y de problemas; pronto desapareen y volamos
Enséñanos a entender la brevedad de la vida,
Para que crezcamos en sabiduría-
Oh si, la brevedad de la vida y
como los seres humanos la malgastamos cuando únicamente nos enfocamos en nuestras propias necesidades, sin atender
las necesidades de otros, la malgastamos cuando no logramos poner a disposición
de otros los dones y talentos que se nos han dado, sino que nos esforzamos por
querer tener o hacer aquello para lo cual otros están destinados. La
malgastamos cuando queremos ocupar posiciones a las cuales no fuimos llamados o
nos aferramos a cargos, actividades, poder etc., sin entender que es tiempo que
otros vengan a sustituirnos.
Este salmo es una petición a
Dios, nuestro creador, el diseñador de nuestro destino, para que podamos vivir sabiamente, aprovechando el tiempo y nuestros
talentos al máximo, cumpliendo así, el
propósito para el cual tu y yo fuimos puestos en esta tierra.
La vida es tan corta que hay que saber vivirla. |