martes, 31 de octubre de 2017

El rompecabezas.




EL ROMPECABEZAS.

 

Debo admitir que el rompecabezas no es una de mis entretenciones favoritas. Se necesita mucha paciencia, cosa que a mí me falta.  Sin embargo cuando he podido completar alguno, siento una gran satisfacción por el resultado.

Es un verdadero reto ver cientos de piezas sobre una mesa, que inicialmente no tienen pies ni cabeza, pero que poco a poco se van transformando en un bello paisaje, un encantador animalito, un imponente edificio.  Es increíble cuando llega el momento de colocar esa última pieza que hace falta para completar la obra de paciencia y perseverancia, pero  oh¡¡ sorpresa, oh¡ que dolor de cabeza,  resulta que esa pieza no aparece, la buscamos afanosamente pero no se encuentra y aunque tengamos la imagen en un noventa y nueve por ciento, sin esa pieza, el tiempo que invertimos nos resulta infructuoso.

De la misma manera que ese rompecabezas pierde su encanto si le hace falta tan solo una pieza, de esa forma nuestro trabajo en equipo pierde efectividad, cuando no ponemos nuestros dones y talentos para completar el rompecabezas.  Lo que tú tienes, no lo tienen otros, lo que tú haces no lo hacen otros, tu eres único y valioso en lo que tienes y en lo que haces.

Muchas veces el no enfocarnos en lo que Dios nos ha mando a hacer y ocupar tanto tiempo en lo que no nos ha mandado a hacer, da como resultado que al rompecabezas le hagan falta piezas importantes.  Tú necesitas de otros, como otros necesitan de ti, así que pregúntale a Dios que parte del rompecabezas eres y ocupa ese lugar con prontitud  y alegría.

Así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo. 1 Corintios 12:12
 
Ocupa tu lugar¡¡