sábado, 22 de abril de 2017

Esperar


A nadie le gusta esperar.  La sola palabra nos causa incomodidad. Todo lo queremos rápido. Todo a nuestro parecer debe ser atendido inmediatamente y sin demora. Todo es necesario, todo es urgente.  Todo lo que deseamos debemos tenerlo porque lo sentimos indispensable.

Recuerdas al niño que se tira a patalear y a gritar en la fila del supermercado para obtener de sus padres un dulce, juguete etc.?  A caso tu fuiste como ese niño? El niño hace "berrinche" porque está convencido que lo que desea le es necesario, vital.

Cuantas veces hacemos lo mismo con Dios? tratamos de convencerlo que lo que estamos pidiendo es para nosotros vital, nos resulta indispensable.  Dios no es manipulable, con Dios no funcionan ni los gritos ni las pataletas.

Dios sabe que la espera nos hace fuertes, nos hace pacientes, nos hace humildes y nos hace más constantes. En Dios vale la pena esperar.

Dios tiene cosas mejores para aquellos que confían y saben esperar en El.  Que dices, te animas a esperar en Dios?

sábado, 1 de abril de 2017

Ser del montón.



Ser del montón es ser uno màs. Ser del montón es verse igual que todos y hacer lo que todos hacen.

En el mundo de los negocios, el que hace una diferencia, es decir el que sale del montón, es el que alcanza el éxito.  El que ofrece un plus en sus servicios o productos en medio de una voraz competencia, logra posicionarse en el mercado.

Jesús en Mateo 5:39-44 nos hace un llamado para que no seamos del montón

Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;
 y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa;
 y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.
Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.
 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen

Es muy fácil ser del montón. En realidad no requiere esfuerzo. Los del montón hieren una y otra vez, los del montón quitan, arrebatan, los del montón abusan de su autoridad, se aprovechan del débil y necesitado, los del montón piden, buscan su conveniencia y satisfacen solamente sus necesidades.

Los que quieren salirse del montón, aprenden a sufrir las heridas sin vengarse, aprenden a renunciar, aprenden a  dar, aprenden a soportar, aprenden a dar sin esperar nada a cambio, aprender a perder y a amar sin ser amados, aprenden a ver al enemigo como al mejor de los amigos.

En fin, aprenden a no ser del montón




Los cambios los logran quienes se rehúsan a ser del montón.
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