sábado, 22 de abril de 2017
Esperar
A nadie le gusta esperar. La sola palabra nos causa incomodidad. Todo lo queremos rápido. Todo a nuestro parecer debe ser atendido inmediatamente y sin demora. Todo es necesario, todo es urgente. Todo lo que deseamos debemos tenerlo porque lo sentimos indispensable.
Recuerdas al niño que se tira a patalear y a gritar en la fila del supermercado para obtener de sus padres un dulce, juguete etc.? A caso tu fuiste como ese niño? El niño hace "berrinche" porque está convencido que lo que desea le es necesario, vital.
Cuantas veces hacemos lo mismo con Dios? tratamos de convencerlo que lo que estamos pidiendo es para nosotros vital, nos resulta indispensable. Dios no es manipulable, con Dios no funcionan ni los gritos ni las pataletas.
Dios sabe que la espera nos hace fuertes, nos hace pacientes, nos hace humildes y nos hace más constantes. En Dios vale la pena esperar.
Dios tiene cosas mejores para aquellos que confían y saben esperar en El. Que dices, te animas a esperar en Dios?
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