Todos amamos y deseamos ser amados. El amor es ese hermoso sentimiento que observamos en el rostro de una madre que abraza a su hijo, en las parejas que caminan por el parque, sin percatarse de su entorno, en esos matrimonios que han logrado superar las adversidades y pese a todo permanecen unidos.
Acerca del amor se han escrito muchos hermosos poemas y hermosas canciones han sido inspiradas por ese sentimiento llamado amor. Todos alguna vez fuimos poetas, todos alguna vez compusimos una canción. Todos hemos experimentado lo que es amar y ser amado.
El que verdaderamente ama, verdaderamente se sacrifica. El que verdaderamente ama, verdaderamente se entrega. El amor verdadero no se rinde, lucha y lucha hasta el fin.
Pero existe un amor que sobrepasa el entendimiento humano y que el siguiente versículo bíblico explica de forma magistral:
Juan 3:16Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Quien va en busca de amor solo necesita ver a la cruz del calvario para encontrarlo. En ese amor hay sacrificio, hay entrega. Ese amor nunca se da por vencido.
El amor de Dios puede decirse que es amor del bueno.