domingo, 1 de mayo de 2016

La gran huida.

 
Salmo 55:6-8

Y dije: !!Quién me diese alas como de paloma!
Volaría yo, y descansaría.
Ciertamente huiría lejos;
Moraría en el desierto. Selah
Me apresuraría a escapar
Del viento borrascoso, de la tempestad.
 
Alguna vez has deseado tener alas y volar lejos?  La gran huida, podría ser el título de una película. Huir del lugar de la tormenta a un lugar donde como dice el salmista, se pudiera tener un breve descanso.
 
Dìa a dìa hay situaciones que nos agobian. Problemas nunca faltan ni faltaràn, pero para cada problema que hoy enfrentes también hay una promesa de Dios. Las oraciones  son como alas que nos hacen volar al lugar donde lo imposible se vuelve posible. Al lugar donde las promesas
se hacen realidad.
 
El salmista agrega:
En cuanto a mí, a Dios clamaré;
Y Jehová me salvará.
Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré,
Y él oirá mi voz.
 
Hoy encuentra en la oración a Dios esas alas que te lleven a su presencia, donde el refugio es seguro  y  los enemigos no pueden dañarte.
 
 
 
Si tienes que huir, huye a la presencia de Dios.
 

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